Este pequeño bis olvidado tiene un argumento de muy mal gusto (ñam): una mujer acude a una clínica de abortos que también es un burdel (sí, sí) y ve cómo su feto recién extraído ataca a todos los residentes del edificio. Aunque uno podría temer legítimamente las anticuadas intenciones discursivas que se esconden tras esta historia de un feto vengativo, pronto se da cuenta de que este alegre embrollo es tan pro-idiota que impide que sea pro-vida. Una buena dosis de diversión sangrienta.