Todo comienza en 2012, cuando Andrew Bowser lanza su canal de YouTube Bowservids con el sketch The OCD Couple. Muy pronto, un personaje extraño emerge del flujo de videos: Marcus J. Trillbury, alias Onyx the Fortuitous, un nerd gótico hiperactivo obsesionado con las ciencias ocultas. Bowser le presta sus rasgos y lo pone en escena en falsas entrevistas brillantemente insertadas en verdaderos reportajes de la televisión estadounidense, como el ya de culto Weird Arby’s Guy, absolutamente imperdible. El personaje se vuelve viral, acumula millones de visitas y reúne una comunidad fiel. Gracias a una exitosa campaña de financiación colectiva en 2021, Bowser da el audaz paso hacia el largometraje. Mientras que muchos proyectos nacidos en Internet fracasan al intentar ir más allá del simple chiste, él logra el desafío de crear un universo completo en torno a este perdedor magnífico, a la vez absurdo y profundamente humano.
Onyx the Fortuitous and the Talisman of Souls convoca deliciosamente el espíritu de las producciones de Amblin en su época dorada, el gusto por lo macabro caricaturesco al estilo Scooby-Doo, y los escalofríos suavemente siniestros de Escalofríos (Goosebumps). Un homenaje a una época, una carta de amor a los marginados y una comedia de terror generosa, disparatada y profundamente sincera.